Huracán fue quien desempolvó antiguos valores que estaban dormidos dentro del pueblo argentino, y que el discurso dominante trataba de esconder, de sustituir por la idea de que hay que ganar de cualquier forma, y de que el fútbol es lucha, estrategia, pelota parada, táctica, y todo ese tipo de cosas que el Niembro-Bilardismo difundió durante 20 años seguidos.