Creo en la dignidad humana como fuente de los objetivos a escala nacional; en la libertad del hombre como manantial de acción en este país; en el corazón humano como motivo y fundamento de la compasión de todos, y, finalmente, en la mente humana como fuente de nuestra invención e ideas. El liberalismo, la fe en la habilidad del ser humano, la razón y el juicio son nuestro mejor, nuestra única esperanza en el mundo de hoy.