Cuando voy a una reunión, fijo mi mente en objetivos concretos. No hay charla previa, especialmente si son colegas que conozco bien. Solo hablamos de los clientes que hemos perdido o dónde se concentran los gastos más altos y ya hemos acabado. Siempre hay más retos que horas disponibles. Entonces ¿Por qué malgastar el tiempo?